El Gobierno portugués presentó en enero de 2009 una reforma expansiva del Presupuesto para luchar contra la crisis, con incentivos fiscales para las inversiones empresariales y el aumento del techo del déficit público. Las industrias del automóvil, moda (calzado y textil) y corcho fueron las que más sufrieron las consecuencias de la crisis y el Gobierno preparó planes para ellas. 2009 fue un año de recesión con una fuerte caída del consumo, la inversión y las exportaciones y un déficit público superior al 10% del PIB, que hizo subir en similar medida la deuda pública. 2009 tuvo un retroceso interanual del 2,7%, una inflación negativa (-0,8%) y 10,4% de desempleo.

A principios de 2010, el segundo gobierno en minoría de José Sócrates tuvo que presentar en Bruselas un nuevo Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) para hacer frente al déficit público. El plan tuvo el visto bueno de la UE y de la OCDE. El programa de infraestructuras del transporte sufrió fuertes recortes. También el Gobierno tomó medidas impopulares de aumentos de impuestos directos e indirectos, para lo que contó con el apoyo del principal partido de la oposición, el Partido Socialdemócrata (PSD).

En junio de 2010, el Gobierno presentó un PEC II: se aumentaron los impuestos sobre sueldos y pensiones (con aumentos entre 1 y 1,5% para rentas inferiores o superiores a 2.375 euros mensuales) y el IVA tuvo entonces incrementos de un punto en los distintos escalones, con subida del tipo general al 21%. Se aumentó el impuesto de sociedades en 2,5% para beneficios superiores a 2 millones de euros y también se impuso una tasa sobre las plusvalías da las acciones (20%). Se hizo un recorte del 40% en la Ley de Programación Militar de Defensa y se tomó la decisión de iniciar un nuevo programa de privatizaciones. Bruselas exigió más recortes en el Presupuesto de 2011. El Gobierno se vio obligado a tomar una serie de medidas adicionales de cara a la consolidación del Presupuesto de 2011 para aumentar los ingresos y para disminuir los gastos. El Presupuesto se aprobó el 26 de noviembre, con la abstención del principal partido de la oposición (PSD).

En Marzo de 2011, el Gobierno presentó en Bruselas nuevas medidas (PEC III) sin pactarlas con la oposición. Al ser derrotada en el Parlamento su propuesta, se precipitó una crisis política y el Primer Ministro Sócrates presentó su dimisión. El Presidente de la República convocó elecciones para el 5 de junio. Finalmente, a pesar de presidir un gobierno en funciones, Sócrates pidió, el 6 de abril, el rescate a la UE y al FMI.  La presión de los banqueros y las continuas bajadas de rating y subidas de los intereses a corto y a largo plazo fueron decisivas.

El equipo de la troika constituida por el BCE, la Comisión europea y el FMI consideró realista la meta del 6% del PIB de déficit para 2011. El Memorando de Entendimiento (MoU) estuvo listo en mayo y las negociaciones del programa de ajuste económico que constituye la contrapartida de la ayuda externa a Portugal, entraron en la recta final. Los Ministros de Finanzas europeos aprobaron el acuerdo sobre el programa de asistencia financiera a Portugal de 78.000 millones de euros en tres años. Uno de cada siete euros del rescate era para “rescatar” a los bancos (12.000 millones de euros del total).  El FMI se comprometió a aportar un tercio de la ayuda (26.000 millones). El resto, los 28.000 millones a partes iguales, lo debían aportar los fondos europeos: el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF) y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Los intereses se pactaron inicialmente entre 4,25 y 5,25% del FMI y entre 5,5% y 6% de la UE. Los representantes europeos y del FMI fueron moderados en el recorte del déficit y radicales en las reformas estructurales.

El principal aviso para el futuro Gobierno fue de rigor y rapidez. Portugal tendrá que realizar un fuerte ajuste fiscal para lograr la reducción del déficit desde el 9,1% en 2010 al 3% en 2013: un plan de reformas (mercado laboral, sistema judicial y vivienda y servicios, entre otras) y un paquete de medidas para reforzar el capital de los bancos. Se valoró muy positivamente el apoyo del Gobierno del Partido Socialista (PS) en funciones. Entre las medidas impuestas por el MoU firmado con el apoyo de los principales partidos estaba un  recorte progresivo de las pensiones  superiores a los 1.500 euros mensuales, una reducción en la duración y de las prestaciones por desempleo, una penalización de la propiedad  inmobiliaria con la promoción del mercado de alquiler, un paquete de 12 .000  mil millones para que la banca refuerce el capital y un ambicioso programa de privatizaciones.

Como se preveía, las elecciones del 5 de junio fueron ganadas por el PSD que formó coalición con el partido CDS-PP, tomando posesión el líder del PSD Passos Coelho el 21 de junio con mayoría absoluta. El primer discurso del Primer Ministro Passos presentando ante el Parlamento su Programa de Gobierno tuvo lugar el 30 de junio. Anteriormente, había tomado la decisión de suspender el proyecto del Tren de Alta Velocidad, pudiendo ser reevaluado en el futuro. El Gobierno tenía el objetivo de obtener así un total de 5.500 millones de euros por sus participaciones, para cancelar deudas y disminuir el déficit. A final del año, se tomó la decisión de subidas sectoriales del IVA con efecto desde octubre en 2011.

Los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012 se aprobaron el 30 de noviembre de 2011 con el voto de la mayoría (PSD-CDS) y la abstención del Partido Socialista. Por el lado de los ingresos, el Presupuesto del Estado 2012 prevé también un aumento de impuestos del IRS (IRPF), del IRC (sociedades) y del IVA. En el IRS se eliminan las deducciones fiscales para los dos escalones más elevados.  Los contribuyentes incluidos en el escalón más alto del impuesto han de contribuir con una tasa adicional “solidaria” del 2,5%. Quedan exentas de tributación por IRPF las prestaciones sociales por desempleo, maternidad y enfermedad. Se han reducido los beneficios fiscales para salud y educación. En el IRC se suprimen mínimos y cotizaciones reducidas, con tasas extra para grandes beneficios, eliminándose beneficios fiscales. Para el IVA, un mayor número de productos y servicios pasan al tipo máximo (especialmente la restauración). El plazo de exención del IMI (IBI) se reduce a 3 años. La sustitución del endeudamiento por inversión extranjera por la vía de las privatizaciones es uno de los pilares de la reforma económica prevista por el Gobierno. Se pretende reestructurar la Televisión pública, CTT (Correos de Portugal)  y la venta de las participaciones en GALP, así como concretar el modelo de privatización para TAP y ANA. Se ha realizado la venta de las participaciones en EDP y REN.

2011 acabó con un retroceso del 1,5%, una inflación del 3,6% y un desempleo del 12,7%. El déficit conseguido con la transferencia de los fondos de pensiones de la banca a la seguridad Social fue del 4%, pero en 2012 el Gobierno ya no podrá contar con esta partida para salvar las cuentas del déficit presupuestario.

El Gobierno de Portugal, después de largas negociaciones ha firmado recientemente  con la patronal y la UGT una reforma laboral que facilita el despido, reduce las vacaciones y abarata las horas extras. El banco de horas puede generar anualmente 150 horas extra. El Ministro de Economía justificó el acuerdo por el aumento de productividad que supone para las empresas.

En conclusión, en los últimos años  Portugal ha realizado importantes esfuerzos para modernizar su economía, pero su débil desarrollo potencial ha sido impactado por la crisis económica global. El desafío es restablecer la confianza de los inversores consolidando las finanzas públicas y conseguir una disminución progresiva del gran déficit externo. Portugal se puede superar a sí misma y a ello le ayudarán también la exportación y la atracción de inversión extranjera. Cuando sea posible se debería aflojar la intensa austeridad para que, adicionalmente, la recuperación del consumo y la inversión internos permitan volver a la senda del crecimiento y a la creación de empleo en un entorno internacional más favorable.

En toda crisis hay una oportunidad. La situación extrema ha traído la necesidad de refinanciar a menor coste y estabilizar la economía, de momento a base de un compromiso de fuerte austeridad. Una vez conseguida la confianza de los acreedores, Portugal debe dirigirse al desarrollo de su potencial. Los retos pendientes para triunfar a largo plazo están en los campos de la educación, la justicia y la innovación.

Por Cecilio Oviedo