1.- El adelantamiento

La reciente crisis financiera supuso un duro golpe para la riqueza de los españoles, deshaciendo parte del camino avanzado durante los años anteriores hacia la convergencia con los niveles de vida de nuestros socios europeos. Sin embargo, desde finales del año 2013 la economía española ha vuelto a la senda del crecimiento, siendo España el país que más crece entre los grandes de la zona euro.

En este contexto, de acuerdo con las últimas previsiones publicadas por el Fondo Monetario Internacional, España superará por primera vez a Italia en renta per cápita medida en términos de paridad de poder de compra en 2017. El FMI estima que el PIB per cápita alcance los 33.241,1 euros en España por los 32.771,3 euros en Italia. Entre 2014 y 2016, el fondo espera que España crezca un 7,4% mientras que Italia únicamente un 1,5%, por lo que la diferencia en términos de renta per cápita entre ambas está cayendo con rapidez. Es más, el FMI espera que la distancia se vaya ampliando durante el próximo lustro, de forma que en 2021 la renta per cápita en paridad de poder de compra española será un 6,8% superior a la italiana.

Parece que el famoso sorpasso que tanto temían los italianos está cerca de convertirse en una realidad.

2.- Una matización

¿Cree por lo tanto el FMI que los españoles seremos más ricos que los italianos a partir del año que viene? No. Hay que tener en cuenta que estos cálculos se hacen términos de paridad de poder de compra, es decir teniendo en cuenta el diferencial de precios y de coste de vida entre ambos países. Por tanto, a partir de 2017 un español podrá consumir más bienes y servicios en España que un italiano en Italia, debido al nivel de precios más bajo de nuestro país. Sin embargo, en términos de precios corrientes sin corregir por el distinto coste de la vida, los italianos aún serán alrededor de un 10% más ricos que nosotros en 2017. En 2021, el FMI considera que los italianos ya “solo” serán un 4,6% más ricos que los españoles.

Partiendo de la media [1] de los datos de Eurostat, el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, en el siguiente gráfico se observa la renta per cápita española en porcentaje de la italiana, tanto en paridad de poder de compra como en términos nominales con precios corrientes.

Viendo el gráfico, cabe destacar, en primer lugar, la fuerte convergencia de la renta per cápita entre España e Italia entre 1986 y 2008. En segundo lugar, llama la atención el efecto devastador que tuvo la crisis sobre la economía española durante los primeros años (2009-2012), mucho mayor que el que tuvo sobre la italiana. Por último, desde 2013 la economía española está saliendo de la crisis con mucho más dinamismo que la economía italiana, lo que ha reavivado el proceso de convergencia.

3.- Un déjà vu

El tema del sorpasso de España a Italia no es algo nuevo para la sociedad española. En 2008, el gobierno anunció que España había superado a Italia en términos de renta per cápita en paridad de poder de compra de acuerdo con los datos publicados por Eurostat. España venía de los años de vino y rosas, y se hablaba incluso de la posibilidad de superar a Francia en un futuro próximo. Por consiguiente, sorprende que los titulares actuales presuman de este fenómeno y digan que se trata de la primera vez de la Historia. ¿Quién tiene razón, la prensa de 2008 o la de 2016? Aunque parezca difícil, ambas.

La explicación reside en las fuentes estadísticas. Para que los datos sean útiles, es necesario que sean fiables (reflejen correctamente la realidad), pero también que estén disponibles lo antes posible (para evaluar la efectividad de las políticas aplicadas, para fijar objetivos futuro, etc). El problema es que ambos objetivos son contradictorios. Pero los problemas de los datos económicos no se limitan a esta disyuntiva, sino que los datos también son susceptibles de revisión años más tarde. Eso es justo lo que ha pasado en este caso.

A continuación mostramos la tabla de Eurostat en noviembre de 2016 sobre los niveles de renta per cápita en la Unión Europea en paridad de poder de compra, donde vemos que, partiendo de un índice con la media de la UE en 100, Italia siempre se encuentra por encima de España en la serie histórica.

Ahora comparemos con los datos que aparecían en enero de 2010 [2] en la misma página de Eurostat:

Por lo tanto, se observa que, incluso en 2010, se mantenía que España superó a Italia en términos de renta per cápita medido en PPC durante los años 2006 a 2008. Sobre estos datos reposaban las portadas de los periódicos en 2008, y el hecho que no fueran corregidos hasta años más tarde es lo que ha producido la confusión actual. Para todos aquellos que recordamos la noticia de 2008, la noticia aparecida en 2016 era una sorpresa porque era algo que teníamos la sensación de haber vivido ocho años antes. Indagando en el porqué de esta supuesta contradicción, una corrección estadística parece ser el causante. El supuesto adelantamiento de 2008 no fue más que una ilusión estadística. Por tanto la noticia de 2008, dadas las estadísticas disponibles en la época, era correcta, aunque el tiempo ha terminado por desmentirla. Lo que llama la atención es que en 2010, cuatro años después del año 2006, aún estaba por llegar una sensible corrección estadística (como se puede comprobar por las diferencias existentes entre ambas tablas).

Las fuentes estadísticas deben ser exactas porque de las mismas pueden devengarse numerosas consecuencias de política económica (por ejemplo en términos de cumplimiento de los objetivos de déficit), pero también deben obtenerse en un plazo de tiempo prudente. Como en el caso de la Justicia, demasiado retraso puede dejar las estadísticas sin efecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ejemplo paradigmático hoy en día de las consecuencias de las revisiones estadísticas a posteriori es el caso de Grecia. En septiembre de 2004, la Comisión anunció que había encontrado “errores contables significativos” en los datos de déficit y deuda aportados por Grecia durante la década de 1990. Datos que fueron clave para permitir el acceso de Atenas a la Unión Económica y Monetaria en 2001. En 2004, la Comisión anunció que el déficit público griego se había subestimado en media 2,1 pp del PIB cada año entre 1997 y 2002. Por consiguiente, el nivel de deuda pública griega en 2003 fue revisado al alza de 102,4% a 109,9% del PIB. En definitiva, si se hubiese contado con los datos reales a tiempo, quizás Grecia nunca habría entrado en el euro, ya que probablemente nunca cumplió con los criterios exigidos para ello en el Tratado de Maastricht.

4.- Conclusión

Los datos muestran que España está saliendo de la crisis con más fuerza que Italia, y que el proceso de convergencia de niveles de vida entre ambas está de nuevo en marcha. Sin embargo, no todo son buenas noticias para la economía española. La renta per cápita se mide como cociente entre PIB y población, y hasta ahora solo nos hemos centrado en el crecimiento del PIB, más vigoroso en España. No obstante, la variable demográfica es igual de importante, y trae malas noticias para nuestro país. De acuerdo con Eurostat, la población española ha caído en unas 300.000 personas durante los dos últimos años (46.449.565 habitantes), mientras la italiana ha crecido en 1.100.000 personas en el mismo periodo (60.795.612), tendencia que se espera que continúe durante los próximos años.

En su Informe Anual del año 2015, el Banco de España alerta de una caída de la tasa de crecimiento potencial de la economía española, que podría situarse en el 1,2% en el periodo 2020-2025. Entre otros factores, el BdE destaca la caída de la población en ese periodo de un 0,2% anual debido al envejecimiento demográfico. En su reciente ponencia invitado por la ATCEE, Guillermo de la Dehesa ya alertó del peligro del invierno demográfico que asola España y defendió la necesidad de adoptar políticas para frenarlo, tales como una nueva política de inmigración. Otras medidas en esta misma línea podrían ser una política integral de apoyo a la natalidad (por ejemplo a través de mayores facilidades y subvenciones en el acceso a la vivienda de protección oficial para familias numerosas) y el retorno de los emigrantes. Implementar políticas decididas para frenar esta amenaza debe ser una prioridad para la sociedad española.

[1] A partir de 2017, solo existen previsiones por parte del FMI. La serie de Eurostat comienza en 1995.

[2] En los datos de 2010 se parte de un índice de 100 para la UE-27, mientras que en 2016 el índice es para la UE-28 (tras la adhesión de Croacia). Sin embargo, al estar comparando las posiciones relativas de España e Italia, este cambio no afecta al análisis.

Por Francisco José Millán Rajoy