Eduardo Prieto Kessler
En julio 2018 la Comisión anunció mediante nota de prensa la imposición a Google de la sanción más elevada nunca impuesta a una empresa (4.300 millones de €) por abusar de su posición de dominio, el denominado caso Google Android.
Esta multa, junto con la anterior (caso Google Shopping 2.700 millones de euros), bastarían para financiar un año del gasto anual necesario para erradicar la pobreza en el mundo hasta 20301.
La decisión todavía no ha sido formalmente publicada pero ya ha hecho correr ríos de tinta a ambos lados del Atlántico por parte de expertos abogados y economistas.
Lo más curioso es que dependiendo de cómo se enfoque el asunto podría considerarse bien como una clara infracción de la normativa comunitaria por abuso de posición de dominio o por el contrario como el reflejo del éxito de la estrategia de negocio diseñada por Google para el desarrollo del negocio de sistemas operativos (SOs) para móviles, estrategia que ha convertido a Android en el SO más demandado del mercado.
Google era la empresa líder en búsquedas por ordenador (desk top) antes de que el móvil se convirtiese en el principal instrumento para navegar por internet. Por aquel entonces (2007) el rápido crecimiento del tráfico de internet móvil puso en alerta a la compañía, que se dio cuenta que su dominio en búsquedas podía verse comprometido por la sustitución del ordenador por el móvil como herramienta principal de navegación.
¿Qué hizo? Comprar Android, la empresa que desarrollaba sistemas operativos para teléfonos móviles, con el fin de trasladar a los móviles la herramienta de búsqueda (Google Search) que tanto éxito le había dado en los ordenadores (fijos y portátiles).