Nuestro compañero José A. Gallego Gredilla ha escrito la siguiente necroglógica de MJ González, cuya versión reducida ha sido publicada en el ABC (se adjunta).
 

MIS RECUERDOS ENTRAÑABLES DE MANUEL JESÚS GONZÁLEZ

La noticia de la muerte de M. Jesús González (“Chus” para sus amigos) me ha cogido totalmente de sorpresa. Es una de las tragedias de los que vivimos fuera de España gran parte de nuestras vidas.
Conocí a Chus cuando ambos iniciamos los ejercicios de la oposición a Economistas del Estado a fines de 1969. Quizá nos unió el que ambos éramos unos outsiders en ello pues la mayoría de opositores estaban ya ligados al Servicio de Estudios de la Comisaría del Plan de Desarrollo, alma mater por entonces del Cuerpo. Creo que éramos extraños a todo y habíamos preparado por libre, él en casa de su familia en El Entrego (Asturias), yo en casa de la familia de mi ex mujer cerca de Cherbourg en Francia. No nos fue mal, demostrando así la independencia del Tribunal: salimos entre los 3 primeros de la oposición.
Pronto nos incorporamos al citado Servicio de Estudios pero en seguida todos comprendieron que Chus descollaba por su bondad y espíritu dialogante y conciliador. No era el clásico hombre de acción sino hombre de reflexión. Más dado a la meditación sobre el trasfondo económico de las cosas que al continuo y alocado bregar de cada día. A Chus le atraía el trabajo intelectual y la historia económica. Por ello se dedicó con fervor a las revistas que, más o menos, salían del Servicio de Estudios como era, fundamentalmente, Documentación Económica y, pronto, al Instituto de Desarrollo Económico donde se aferró muchos años a profundizar en la historia económica. Alguna vez también me acompañó a las reuniones de la OCDE donde contribuimos a la creación del Comité del Medio Ambiente que tanto peso, por su novedad y trabajos, dio al conocimiento de la economía del Medio Ambiente, ideas que transmitimos al tercer Plan de Desarrollo con éxito. En aquél entonces, y tras dudarlo mucho, él se metió en el gran problema financiero que suponía el chalet de Pozuelo donde después viviría toda su vida, dejando a un lado la compra posterior del caserón, inicialmente destartalado, de Asturias que después fue su pasión y gastó grandes sumas de dinero en arreglos y en libros pues, además de su biblioteca de Pozuelo, tenía la de su casa asturiana. ¡Cuántas veces nos dijimos vente un fin de semana a mi casa de Sigüenza y él me respondía vente tú a la mía de Villapedre¡
Nuestras vidas se separaron por entonces: yo me dediqué al Medio Ambiente y él persistió en la historia del pensamiento económico trabajando en la Asesoría Económica de Presidencia del Gobierno como yo lo haría después en la del Ministerio de Asuntos Exteriores. Nuestros contactos se difuminaron un tanto aunque sabíamos el uno del otro gracias a Juan del Hoyo, José Ramón Álvarez Rendueles (Jefe del citado Servicio de Estudios, que también había estudiado en los jesuitas de Gijón y tenía tantas raíces asturianas como él) e Isabel Mendoza, la perenne y leal consejera personal de Chus, con quien realizó diversos libros.
Los años pasaron con nuestras vidas independientes. La de él siempre centrada en el estudio de la historia y de los grandes pensadores de la economía y la mía, con más fuertes vaivenes personales en una multinacional con sede en París. A mi vuelta de allí pronto me encargaron, gracias a Guillermo De la Dehesa, de la dirección del Instituto de Estudios de Prospectiva desde donde volví a tener contactos con Chus pues éste aceptó, en colaboración con Isabel Mendoza, la realización de uno de nuestros informes. Allí comprendí la amplitud de conocimientos económicos de Jesús y su sabiduría sobre la historia económica española – más allá de lo que le suponía como ya catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UNED tras serlo de Historia de Pensamiento Económico en Oviedo y en la Autónoma de Madrid- y que se reflejaron en el libro-informe al Instituto, reconvertido en Instituto de Estudios y Análisis Económicos, ¿Adónde va el sector público? Del Estado de Bienestar al Bienestar con menos Estado (1993) Yo ya había ojeado su Economía Política del Franquismo y su Historia del INI (con Pedro Schwartz) pero constaté el cambio de ideas de fondo de Chus que habían pasado de una especie de socialismo activo a una actitud mucho más liberal. Si nuestros dirigentes de política económica hubieran profundizado en ese libro-informe y visto sus conclusiones, habrían hecho mucho antes el giro económico de nuestro país y luchado desde entonces, como él advirtió, contra el crecimiento del gasto público y, en especial, el de las Comunidades Autónomas.
Volví a París como Consejero Económico y Comercial y allí tuve ocasión de asistir a sendas conferencias de Jesús en el Colegio de España de su Ciudad Universitaria y en la Sorbona. Ésta última me dejó boquiabierto. Su pasmosa tranquilidad expositiva, la profundidad de sus conocimientos de los economistas clásicos, su capacidad de adaptación a las preguntas del auditorio y su sencillo vocabulario,-evidente indicio de su gran maestría y comprensión económica-, me cautivaron como encantaron a todos los asistentes quienes, conociéndole poco, quedaron maravillados ante la sencillez de un auténtico sabio de la economía. También le recuerdo compartiendo conmigo sus dudas en comprar, en el mercadillo de libros George Brassens, cerca de Vannes en París, un libro antiguo de un economista clásico. Decididamente nuestros catedráticos no cobran suficientemente.
Poco después, estando yo ya al final de mis vacaciones veraniegas en Sigüenza, conocí su nombramiento como Secretario de Estado de Educación, Universidades, Investigación y Desarrollo. Sin pensarlo un minuto, le escribí una carta manifestando mi disgusto porque hubiera aceptado un cargo que sólo le iba a traer disgustos, sinsabores y ningún agradecimiento. Años después, me dio las gracias por ella pues todo lo dicho se había cumplido.
Yo seguía de Consejero en París adonde me llamó Chus siendo Secretario de Estado y volvió a mostrarme su confianza para temas de investigación científica. No hubo ocasión pero, tras mi periodo en la Oficina económica y comercial española en París, me nombró Vocal Asesor de su Gabinete del que era Directora, la gran economista –y compañera en la Comisaría del Plan-, nuestra muy querida Isabel Mendoza. Allí fui testigo privilegiado de la dedicación absoluta de Jesús, de sus tensiones, sinsabores y trabajo exhaustivo personal sin recibir compensación de ningún tipo. Fue la soledad del trabajo del maestro intelectual metido en el mundo de los que tienen la política como profesión.
Tras el cambio político habitual, Chus se refugió en su casa y sus lecturas sin dejar de asistir a la tertulia que tenía en Cuzco con, sobre todo, antiguos Economistas del Estado. Volvió a acercarse más a sus antiguos compañeros y, en especial, el grupo riojano de la Comisaría del Plan: Luis Ángel Lerena; Pedro Pablo Bajo -que le precedieron en sus cortas vidas-, o sus buenos amigos Juan del Hoyo o Manuel de Torres.
Por mi parte, retorné al exterior como Consejero Económico y Comercial en La Haya pero a mi vuelta fui a verle a su despacho de la Cámara de Cuentas de Madrid. Le quería pedir, como amigo y Académico numerario de la Academia de la Historia, un prólogo para una investigación que yo había hecho de otro antiguo académico electo a la misma (Serrano y Sanz en la historia). No sólo no me lo negó sino que el cariño que siempre nos tuvimos hizo que lo terminara en tiempo y forma e incluso habló de él, según me dijo, en una sesión de la Academia. Pocos contactos directos tuve ya con él pues pronto marché como Consejero a Estocolmo y ha sido recién llegado de Suecia cuando he conocido sus sufrimientos durante un año y su muerte.
Rindo homenaje a su mujer Rosa, la mujer perfecta para Chus, y a su hija Marta por quien tanto se desveló hasta que descansó cuando vio que estaba contenta en su trabajo. Creo que fue recordando a su hija cuando, para pedirle consejo sobre la tesis que estaba haciendo mi hija Blanca en Francia, me habló de la gran comprensión que debíamos tener con nuestros hijos y nos invitó a comer a su casa y, en unas horas, la dio pistas suficientes para ello con una dulzura y sabiduría increíbles. Atribuyo al amor que tenía por su hija Marta su delicadeza con la mía.
Homenaje a ti, querido Chus, por tu entrañable amistad y buen hacer con mi profundo pesar de que mi lejanía física me haya impedido compartir contigo más cosas. Sólo me quejo de ti en una cosa: en que, como tantos te recomendamos, no crearas en tus múltiples discípulos, tu propia escuela de pensamiento. Tú, siempre tan independiente… y desperdigándote en tus múltiples conferencias y publicaciones diversas.
Insisto, por último, en tu “asturianismo” y en tu permanente presencia como miembro del jurado de Ciencias Sociales de los Premios Príncipe de Asturias o tu dedicación a Campomanes y Jovellanos sin olvidar tus estudios sobre las empresas y el premio libre empresa que recibiste de la Fundación Pino o también el premio de periodismo de “El Correo”

Breve CV

El Entrego, 1941-Madrid, 2011.
Estudia en el Colegio de la Inmaculada (Jesuítas) de Gijón
 Ingeniero Técnico Industrial (Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales de Gijón, 1963).
 Licenciado en Ciencias Económicas. Universidad Complutense de Madrid (UCM), 1968
 Economista del Estado, 1970.
 Doctor Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), 1978.
 Profesor Adjunto, por oposición, Universidad Complutense (UCM), 1978.
 Profesor Agregado, por oposición, de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), 1979.
 Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad de Oviedo, 1982.
 Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Autónoma de Madrid, 1982.
 Catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UNED, 1990.
 Académico de número de la Real Academia de la Historia, 1994
 Gran Cruz de Isabel la Católica.
Otras actividades profesionales
 Jefe del Servicio de Previsión y Coyuntura del Gabinete de Estudios del III Plan de Desarrollo (1970-1975).
 Jefe adjunto de la Asesoría económica de Presidencia del Gobierno (1975-1982).
 Director de la División de Historia Económica del Instituto de Estudios Económicos (1971-1979).
 Profesor de Teoría Económica del CUNEF (1983-1997).
 Profesor De Historia económica del Colegio Universitario “Luis Vives” (1983-1996).
 Profesor de Economía en el European Business Programme (1983-1996).
 Colaborador habitual en prensa económica (Gaceta de Los Negocios, Dinero, ABC).
 Secretario de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo, 1997-1999.
 Presidente de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid desde el año 2005 hasta su muerte.

Libros

 Economía Política del Franquismo. Madrid: Tecnos, 1979.
 Una Historia del INI. (Con Pedro Schwartz). Madrid: Tecnos, 1979.
 ¿Adónde va el Sector Público?. Del Estado de Bienestar al bienestar con menos Estado. (en colaboración con Isabel Mendoza). Colección Informes del Instituto de Estudios y Análisis Económicos. Secretaría de Estado de Economía. Madrid: Servicio de Publicaciones del Ministerio de Economía, 1994, 408 págs.
 BBVA: 150 años, 150 bancos (1857-2007). (con R. Anes e I. Mendoza). Madrid: BBVA, 2007.
 Pensamiento Económico Español en Perspectiva. Bases para una interpretación (en colaboración con Isabel Mendoza). Madrid: Servicio de Publicaciones de la UNED., 1994.
 La Universidad del siglo XXI: libertad, competencia y calidad (1999)
 El empresario y la economía de Mercado (Premio Libre Empresa, 2003)

Y dejo para expertos mejores que yo tu inmensa colección de artículos y conferencias

José A. Gallego Gredilla
Economista del Estado del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.
 

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